Nuevamente el tema migratorio se ha convertido en un asunto de atención de la opinión pública, debido a que en la frontera sur de México están surgiendo presiones de grupos de centroamericanos que buscan pasar por nuestro país en busca de una forma de vida distinta en Norteamérica.
La incursión de numerosos contingentes, principalmente de personas que vienen de Honduras está llamando la atención de las autoridades federales y locales y por supuesto de la sociedad en general.
Se trata de un asunto delicado, pues el primer punto que debe cuidarse es el respeto de los derechos humanos de los migrantes y cualquier acción que se tome también debe ser congruente con la legislación mexicana.
La migración es un asunto complejo, pues es evidente que en este caso se trata de movimientos sociales que salen de sus lugares de origen impulsados por la situación de pobreza en que se encuentran esas personas y la falta de oportunidades por las condiciones de un desarrollo precario en sus países.
Esa es la causa principal de que tengan que abandonar su tierra y a sus familias.
Por eso, el Estado mexicano ha expresado su solidaridad con los migrantes y les ha ofrecido tener una estancia en el país, dentro del marco de la Ley, con la condición de que el ingreso al país sea de forma ordenada y pacífica.
Para ello, se requiere actuar con gran sensibilidad y que todas las acciones sean respetuosas de los derechos humanos de los migrantes.
En ese sentido, la política migratoria solidaria y de apoyo a las naciones de donde salen para impulsar su desarrollo permitirán que esos movimientos sean más ordenados e incluso disminuyan con el tiempo.
Por lo pronto, nuestro país debe actuar, como lo ha venido haciendo en los últimos meses, con prudencia y en forma humanitaria comprendiendo que la gran mayoría de esas personas lo único que buscan es una oportunidad para alcanzar una vida digna.
Texto publicado por la Sen. Mónica Fernández Balboa en diario Tabasco Hoy AQUÍ