Texto publicado en Publimetro.
La salud del presidente de la República pasa necesariamente por dos niveles. Hay una parte inevitablemente pública y otra que también debe quedarse en el ámbito de lo privado.
En ese sentido, el gobierno mexicano ha actuado con toda responsabilidad, cuidando que, en primer lugar, se cumplan a cabalidad las responsabilidades y las funciones de la presidencia y del Poder Ejecutivo, ante la desafortunada enfermedad que afectó a su titular.
Al tratarse del Jefe del Estado y del Gobierno es lógico que un padecimiento como el Covid-19 atraiga la atención de la opinión pública y de la ciudadanía en general.
En ese caso, pese a la gravedad que puede implicar el contagio del virus SARS-COV 2, el primer mandatario siempre ha estado atendido adecuadamente por un equipo profesional de primer nivel y se ha mantenido una permanente comunicación a la sociedad sobre su estado de salud.
Las autoridades sanitarias y los demás servidores públicos que forman parte del gabinete de gobierno han estado a la altura de las circunstancias respondiendo a las responsabilidades que les corresponde, informando en todo momento al Presidente y recibiendo sus instrucciones. Al mismo tiempo ha sido posible que él enfrente la enfermedad, afortunadamente, con síntomas leves de la mejor forma posible, pero siempre pendiente de la enorme responsabilidad de gobernar y conducir al país.
La manera en que se ha actuado ha sido la conveniente. Se han evitado los rumores, incluso los mal intencionados, al grado de que una vez que el Jefe del Ejecutivo pudo hacerlo emitió un mensaje a toda la ciudadanía desde Palacio Nacional, desde donde dio muestras claras de su recuperación y del compromiso que tiene con México.
Así, las y los mexicanos hemos estado informados de manera suficiente, clara y veraz sobre el estado de salud del Licenciado López Obrador, con la tranquilidad de que en todo momento ha podido hacerse cargo de su responsabilidad sin que ello haya significado con absoluto respeto a la privacidad que tiene cualquier persona en esas circunstancias.
Lee esta columna en Publimetro AQUÍ.