Es adecuada la estrategia de vacunación anti COVID_19 en México

Texto publicado en el periódico Publimetro.

 

Desde el momento en que la COVID 19 fue declarada pandemia, la comunidad científica, los laboratorios farmacéuticos y los gobiernos de distintos países se volcaron en buscar vacunas para detenerla.

 

En ese contexto, el gobierno mexicano fue de los primeros en exponer la conveniencia de que cuando se descubrieran, se deberían poner a disposición de todos los países e impedir que el mercado o la especulación se apoderaran de una solución que debe pertenecer a la humanidad en su conjunto.

Como se ha señalado las investigaciones científicas requerían tiempo para desarrollar una vacuna efectiva y segura. Así, en las semanas recientes las autoridades sanitarias de diversas naciones, incluido México, aprobaron el uso de una de esas vacunas y, al menos, hay otras tres que están en la fase final para someterlas a las autorizaciones oficiales.

En ese sentido, se estableció una estrategia adecuada. Por ello, se ha informado que México ha reservado más de 190 millones de dosis que llegarán a nuestro país a lo largo de 2021.

Las vacunas se están produciendo a la máxima capacidad de los laboratorios, pero también exige la colaboración internacional y la intervención coordinada de las instituciones nacionales para garantizar que lleguen a toda la población de forma gratuita. Por eso, la distribución y aplicación está a cargo, en principio, de las fuerzas armadas.

En ese sentido, en una primera etapa, el personal médico que atiende COVID es quien está siendo inmunizado, por el riesgo que conlleva su noble labor. Luego se continuará con los grupos más vulnerables por edades, ya que este factor es determinante para la superación o no de la enfermedad.

De esa manera, conforme se vaya teniendo acceso a las distintas vacunas se podrá cumplir el objetivo de llevárselas a la gran mayoría en 2021. Sin embargo, en tanto eso sucede, es indispensable mantener las medidas para evitar contagios: quedarse en casa, usar cubrebocas y aumentar la higiene personal.

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La vacuna contra la politización

  • Texto publicado por la senadora Mónica Fernández en el periódico Publímetro.

 

Politizar un tema de salud pública resulta inadmisible desde cualquier circunstancia y punto de vista. Las condiciones de vida de la población no deben ni pueden ser entendidas desde la perspectiva del poder. Por el contrario, si hay un tema estrictamente humano ajeno a la política, es el sanitario. Por ello, es que en el caso de la pandemia se han unido los esfuerzos de los científicos, de la sociedad civil, de empresarios y por supuesto de diversos gobiernos.

El problema de salud que ha causado el COVID-19 exige la participación de todos. Se trata de un tema en el que la solidaridad internacional y humanitaria es fundamental para salvar la vida de millones de personas, en especial de aquellas que padecen las mayores desventajas económicas y sociales, como es el caso de la mayoría de la población que viven en los países latinoamericanos.

 

Al tratarse de una pandemia que no respeta edad, género, condición económica o social, en el momento en que se cuente con la vacuna y que ésta haya pasado todas las pruebas científicas que garanticen su efectividad e inocuidad en cuanto a consecuencias secundarias, es cuando deberá estar disponible para todas las personas.

En el caso de México, el Presidente de la República ha señalado con toda claridad que el acceso a la inmunización será universal y gratuita. De esa manera, sin que haya fines de lucro de cualquier tipo, todos los individuos tendrán acceso a ella.

La intervención y colaboración de la academia, organizaciones civiles y de diversos gobiernos impide que se intente obtener alguna ventaja política e incluso económica. Nuestras sociedades han madurado democráticamente de manera importante y quien pretendiera darle a la vacuna un uso distinto al de la salud seguramente sufriría el rechazo y el repudio social.

En pocas palabras la vacuna de antemano está vacunada en contra de la politización. Nadie debe intentar lo contrario.

Aún sin vacuna, las medidas preventivas pueden hacer la diferencia

Texto publicado por la senadora Mónica Fernández Balboa en el periódico Publímetro. 

 

La pandemia del Covid-19 ha resultado una tragedia de dimensiones planetarias, ante la que México, como el resto de las naciones, reaccionó y puso en marcha una estrategia de contención a través del confinamiento de la población, entre otras prevenciones.

En materia médica, la atención no tiene la eficacia que todos quisiéramos a partir de las limitaciones que impone la realidad y el avance científico: no hay un fármaco que cure la infección, y no hay todavía disponible una vacuna que la prevenga.

 

Mientras éstos recursos médicos no existan, las medidas preventivas pueden hacer la diferencia, al igual que lo hace la labor heroica del personal sanitario.

Entretanto, ha sido relevante la actuación del gobierno mexicano para garantizar en su momento que nuestro país cuente con las dosis de inmunización que se requieran.

Cabe recordar que en marzo pasado, cuando en una etapa temprana los países que componen el G-20 llevaron a cabo una cumbre mundial sobre la pandemia, el Presidente de México consideró urgente “que la Organización de las Naciones Unidas controle lo relativo al comercio de medicamentos y equipos en virtud de la escasez y el fenómeno del acaparamiento”.

Un mes después, una resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas, impulsada por México, pidió al Secretario General que “busque formas de garantizar que todos los necesitados, particularmente en el mundo en desarrollo, tengan acceso libre, justo y rápido a las vacunas y otros medicamentos para combatir el virus COVID-19”.

Hace unos días, finalmente, el Gobierno de México firmó con la ONU y la Organización Mundial de la Salud un convenio para garantizar el derecho a la salud para la población mexicana, mediante compras conjuntas y esquemas de licitación internacional abierta, de medicamentos y vacunas, que aseguren las mejores condiciones de precio y calidad.

En ese sentido, México ha actuado de manera correcta al participar y apoyar la investigación para resolver el problema de salud que enfrentamos en todo el mundo. Es muy importante que nuestro país, pero sobre todo las y los mexicanos puedan recibir la vacuna, más aun si tomamos en consideración que la pandemia podría durar un largo tiempo, como lo han señalado las autoridades sanitarias nacionales e internacionales.

Lamentablemente, hay diversos grupos sociales que son más vulnerables y que es indispensable atenderlos para evitar que se siga extendiendo ese mal. Por eso, es adecuado que el gobierno mexicano promueva la solidaridad internacional y busque que el pueblo se beneficie de la vacuna de manera pronta en cuanto haya certeza de que las vacunas funcionan y no tienen efectos colaterales en las personas que las reciban.

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